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  • Tarcila

  • María Rosa

  • Estefanía

  • Luis Humberto

  • Vannesa



    Mi nombre es Vannesa, recibí un trasplante renal en febrero de 2012, desde ese momento mi vida ha cambiado mucho porque ahora soy una persona sana, además tengo el tiempo necesario para compartir con los seres que amo y en realidad siento que he vuelto a nacer.

     

    Tuve problemas renales desde los 22 años y recibía un tratamiento médico, pero cuando cumplí 28, los doctores me diagnosticaron insuficiencia renal crónica e ingresé a diálisis.

     

    Al principio fue muy duro pasar tres veces a la semana conectada a una máquina de diálisis, sentía que todo había terminado y mis ganas de luchar se fueron al piso, pero con el paso del tiempo entendí que ese tratamiento me permitía seguir viviendo y aprendí a valorarlo.

     

    Cuando los médicos me explicaron que un trasplante podía mejorar mi calidad de vida, vi una luz de esperanza, en ese instante iniciamos una serie de exámenes para determinar la compatibilidad con mi hermana, lamentablemente no fuimos compatibles en un nivel alto e ingresé a la Lista de Espera.

     

    Puse mi vida en manos de Dios y luego de 6 meses de estar en Lista de Espera, recibí la llamada más importante de mi vida, del hospital me comunicaron que había un posible donante y acudí para realizarme unos exámenes finales y posterior a eso fui prepara para la cirugía de trasplante, la cual resultó un éxito.

     

    Ahora que he recuperado mi salud, solo me queda agradecer a todos los profesionales de la salud que hicieron posible este milagro, especialmente a los familiares de mi donante. A ellos, aunque no los conozco, siempre pido que tengan la certeza de que su ser querido vive en mi cuerpo y en mi corazón.

     

    Quiero agradecer también a Dios que me permite estar aquí, a mi esposo que ha sido mi compañía incondicional, a mi familia y amigos, que con su apoyo y oraciones me dieron fuerza para continuar.


  • Nancy


    Nancy de 23 años de edad, es una madre de familia, quien recibió un trasplante renal a finales de noviembre de este año, lo cual le permitirá pasar más tiempo junto a su hijo de 2 años.

     

    Ella fue diagnosticada con síndrome nefrótico a los 21 años, 6 meses después de dar a luz, debido a una preeclampsia durante su embarazo, lo cual deterioró sus riñones. “En ese momento sentí mucho dolor, pero el amor de mi hijo me dio fuerzas para seguir luchando”.

     

    Al principio, su enfermedad fue controlada por medio de un tratamiento médico, pero su condición empeoró y tuvo que realizarse diálisis durante 11 meses.

     

    “Tres veces a la semana tenía que dejar a mi hijo para ir a la diálisis, eso me dolía mucho porque un niño necesita de los cuidados de su mamá y yo no podía dárselos todo el tiempo”, comentó Nancy, quien señala además que se compromete a cuidar su salud como el tesoro más preciado.

    La madre de familia realizaba el servicio de limpieza en una empresa privada, pero tuvo que dejar su empleo debido a su enfermedad. Su esposo, quien trabaja en el área de la construcción, lleva el sustento diario a su hogar.

     

    Nancy se encuentra agradecida con su donante y su familia, señala que el órgano que recibió es una nueva oportunidad de vida. “No tengo palabras para expresar lo que siento por mi donante, pero de corazón espero que Dios lo tenga a su lado. Esa persona cuyo nombre no conozco, me dio la posibilidad de seguir viviendo, de ver crecer a mi hijo y de ser cada vez mejor. A su familia le envío todo mi apoyo y le pido al Señor que les de fuerza para sobrellevar su pérdida”.

  • Joselyn

    “Me siento muy contenta con el trasplante de riñón que recibí. Esta es una nueva oportunidad de vida, por eso estoy muy agradecida con mi donante, a quien no conozco pero lo llevo en mi corazón, pues me ha dado un regalo muy hermoso: la esperanza de continuar con mi  camino y de cumplir mi sueño de estudiar medicina.
    Agradezco también a toda mi familia,  quienes siempre estuvieron a mi lado, brindándome  apoyo y ánimo”. Joselyn, 18 años, recibió un trasplante renal

     

    Texto y fotografía: cortesía del Hospital de Especialidades Eugenio Espejo

  • Yanira

    Yanira, es una mujer de 25 años, manabita de sonrisa transparente quien jamás se ha dado por vencida a pesar de que desde hace 5 años se sometía a tratamiento de hemodiálisis y se desempeñaba como secretaria en una radio de El Carmen, ella recibió el mejor regalo de cumpleaños, un domingo de noviembre de 2013, cuando estaba con su familia en una pequeña celebración, la llamaron desde la Unidad de Trasplantes del Hospital de Especialidades Eugenio Espejo, en su casa se formó una gran algarabía, todos se abrazaban emocionados, el cumpleaños más inolvidable que Yanira pudo tener. Ese mismo día en la noche le hicieron todos los exámenes y el lunes por la mañana ingresó a quirófano.

     

    El Hospital de Especialidades Eugenio Espejo cuenta con la acreditación del Instituto Nacional de Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y Celulas (INDOT), entidad adscrita al Ministerio de Salud, para realizar este tipo de procedimientos.

     

    Yanira cuenta que le detectaron insuficiencia renal cuando tenía 20 años cuando por una causa desconocida empezó a tener síntomas como calambres, falta de apetito, cansancio y anemia. Fue al médico, le hicieron exámenes y descubrieron su patología, la enviaron de inmediato a hemodiálisis porque tenía la urea y la creatinina muy altas.

     

    “Estuve en diálisis, luego me realicé los exámenes para ingresar a la Lista de Espera y en marzo de este año se legalizó mi ingreso y en 8 meses me salió el trasplante, doy gracias a Dios y a la vida por esto, con este trasplante me siento más libre, porque a veces salía muy mal de las diálisis, con la presión baja y por esta razón perdí muchas fístulas.

     

    Mi experiencia con los médicos de este Hospital fue muy bonita, me han tratado bien, estoy feliz, entre las indicaciones que ellos me han dado están cumplir con la medicación sobre todo de los inmunosupresores, no automedicarse, en caso de emergencia acudir al Hospital y tener mucho cuidado en la casa con la alimentación.

    Pienso a futuro seguir trabajando y estudiando, hace 9 meses me comprometí con mi novio, él también está feliz por esto, puesto que también se hace diálisis y esto para nosotros es una lucha compartida hombro a hombro.

     

    Mi mensaje a las personas que se realizan diálisis y que todavía no están en la lista de espera es que se motiven, quiero también agradecer a la familia del donante por apoyar esta donación, al donante que se fue al cielo le agradezco de todo corazón, pienso que todos deberían ser donantes, la donación es importante, ayuda a salvar más vidas, es como una semilla que se siembra y va creciendo, les invito a que apoyen esta causa.”

     

    Texto cortesía del Hospital de Especialidades Eugenio Espejo

  • Victoria

  • Juan Carlos